
- Una inusual humedad y temperaturas altas desataron el avance del hongo Leveillula taurica en los cultivos de pimentón «trompito» de Ovalle, generando pérdidas y alertando a los agricultores.
Este otoño, los campos de pimentón de la zona costera de Ovalle enfrentaron una de las mayores crisis fitosanitarias de los últimos años. El hongo Leveillula taurica, causante de un tipo de oídio, atacó con inusual virulencia los cultivos de pimentón «trompito» —también conocido como pimentón ovallino—, una variedad clave en el patrimonio agrícola de Coquimbo y que representa el 25% de la superficie nacional dedicada a este cultivo.
Un clima que favoreció la tormenta perfecta
Entre abril y mayo, condiciones climáticas atípicas crearon el escenario ideal para la propagación del hongo: noches con humedad relativa superior al 80% y días con temperaturas entre 26°C y 29°C. «En años no habíamos visto un ataque tan intenso en otoño», afirmó la fitopatóloga Carol Kraus de la Universidad de La Serena, quien confirmó la presencia del patógeno.
El hongo, que ya había causado estragos en 2007 al saltar desde cultivos de alcachofa al pimentón, mostró esta vez una agresividad renovada. «Los frutos quedaron pequeños, agrietados o inservibles, y las hojas se necrosaron rápidamente», explicó Kraus.
Pérdidas y desesperación en el campo
Los síntomas fueron destructores: manchas pulverulentas en hojas, defoliación prematura y frutos expuestos al estrés térmico. Muchos agricultores, especialmente aquellos que nunca habían enfrentado el hongo, vieron cómo sus rendimientos comerciales caían drásticamente. «Algunos productores estaban asustados; no lo conocían», relató Ulises Contador, representante de la Sociedad Agrícola del Norte (SANAG).
Una respuesta coordinada
Frente a la emergencia, el Programa Territorial Integrado (PTI) Hortícola de Coquimbo —financiado por Corfo y ejecutado por Gedes— y la SANAG organizaron un taller técnico en Punilla, Ovalle, con la participación de 12 agricultores y expertos. Las medidas urgentes acordadas incluyeron:
- Uso de fungicidas específicos para evitar la resistencia del hongo.
- Monitoreo climático con instalación de sensores de humedad y temperatura.
- Capacitación para manejar futuros brotes.
«Este hongo no es nuevo, pero muta y se vuelve más resistente. Hay que prepararse», advirtió Kraus. Contador, por su parte, destacó la importancia de la articulación: «Como SANAG, estamos para gestionar soluciones, ya sea con el oídio o con otras plagas como la mosca de la fruta que ahora afecta a Monte Patria».
Andrés Zurita, director Regional de Corfo, indicó que los aportes del PTI Hortícola “no solo van en línea con realizar una articulación público-privado que fortalezca la competitividad de la horticultura regional, sino que fomentar que los productores incorporen y adapten sus prácticas a una producción inocua, a través la asistencia técnica y capacitaciones para el monitoreo de plagas y enfermedades. En particular, la velocidad de respuesta ante la emergencia de patógenos por los cambios en las condiciones climáticas, otro efecto indeseado de la crisis climática, requiere que estemos más alertas y monitoreando los cultivos”.
Un cultivo que resiste
El pimentón ovallino, con su forma característica de «trompito», es más que un producto: es un símbolo de identidad agrícola local. La crisis encendió las alarmas, pero también demostró la capacidad de respuesta del sector. Ahora, el desafío es implementar estrategias a largo plazo para proteger un cultivo que, pese a los embates climáticos y sanitarios, sigue siendo orgullo de Coquimbo.