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Temperaturas cálidas del mar anuncian la llegada del Fenómeno de El Niño en la Región de Coquimbo

De acuerdo al Boletín CEAZAMar, las variaciones de temperatura en el mar indican el término de la fase fría de La Niña y ya se proyecta una transición hacia condiciones El Niño en los próximos meses de julio-agosto.

Un completo análisis sobre las variables oceanográficas que tienen mayor incidencia en la Región de Coquimbo, es lo que se puede encontrar en cada nueva edición del Boletín trimestral CEAZAMar, disponible en www.ceazamar.cl. El reporte más reciente, elaborado por el área de Oceanografía del Centro Científico CEAZA, indica que las temperaturas oceánicas en las costas de Perú y Chile han experimentado un calentamiento sostenido desde diciembre de 2022, registrando desde esa fecha temperaturas oceánicas mayores  al promedio histórico.

Este aumento en las temperaturas marcó el fin de la fase fría ENSO de La Niña, que se extendió desde agosto de 2020 hasta noviembre de 2022, para dar  paso a condiciones neutras y al calentamiento gradual observado en el presente año. El calentamiento se ha concentrado en el Pacífico este frente a las costas de Ecuador y Perú, propagándose en el mes de mayo hacia el Pacifico central. En consecuencia, las agencias internacionales de pronósticos ya proyectan condiciones el Niño para los próximos meses de julio y agosto (probabilidad de 90%)”, detalla el Dr. Orlando Astudillo, investigador CEAZA.

En tanto que a nivel local, el científico señala que “la costa de la Región de Coquimbo ha experimentado un alza progresiva de la temperatura en particular entre los meses de febrero y abril,  con un máximo de 18ºC en la bahía de Tongoy el 11 de marzo, correspondiente a una anomalía cálida de ~3ºC por sobre el promedio histórico de mediciones en dicha localidad costera. Por otra parte, desde mediados de abril las temperaturas se han mantenido dentro de valores normales para la estación de otoño con una tendencia al calentamiento a inicios de junio.

Teleconexiones

Asimismo, los científicos del CEAZA explican que “el ciclo ENOS (“El Niño Oscilación del Sur”) es en esencia un fenómeno tropical, aunque es bien sabido que genera perturbaciones climáticas a lo largo de todo el planeta mediante teleconexiones atmosféricas y oceánicas. No todos los fenómenos de El Niño son iguales, sino que las anomalías de temperatura y nubosidad en el trópico pueden desarrollarse en distintas regiones del Pacífico, siendo el más tradicional aquel donde las aguas cálidas comprometen tanto el Pacífico este como el Pacífico central, plantea Lucas Glasner profesional a cargo del área de modelación oceanográfica computacional de CEAZA.

En la actualidad, (junio 2023) no se tiene todavía un fenómeno de El Niño completamente desarrollado si no que se observa un patrón conocido como “Niño Costero”, el que sólo presenta anomalías cálidas de temperatura en la costa de Ecuador y Perú mientras que el Pacífico central se mantiene en condiciones neutras. Este fenómeno más local ha sido el responsable de las altas temperaturas observadas en la costa de Perú. El último evento de ese tipo ocurrió en febrero-marzo del año 2017.

“A pesar de desarrollarse frente a la costa de Perú, el fenómeno de El Niño costero puede impactar  las costas de nuestra región por intermedio de la corriente de Chile-Perú, que transporta desde el norte estas aguas con baja concentración de oxígeno, modificando el ambiente marino frente a la región de Coquimbo. El gradiente de temperatura generado a lo largo de la costa de Chile-Perú también modifica los patrones de viento en superficie, por lo tanto, es fundamental monitorear las condiciones oceánicas y atmosféricas en los próximos meses”, indica el investigador CEAZA.

Temperatura y especies marinas

¿De qué manera afectan las variaciones de temperatura a los ecosistemas marinos y cómo esto impacta en actividades como la pesca y acuicultura a nivel local? El Dr. Boris Dewitte, señala que “en general el aumento de temperatura superficial está asociado a una baja en la concentración de oxígeno en aguas someras como la bahía de Tongoy, lo cual puede perjudicar a los organismos marinos. Pero las condiciones cálidas también conllevan una profundización de la zona mínima de oxígeno a lo largo de la costa de Chile y Perú, lo que implica menos probabilidad de eventos hipóxicos”.

Asimismo, el Dr. Patricio Manriquez, investigador CEAZA, explica que “los organismos marinos que viven sobre los sustratos rocosos (locos, lapas, chitones), enterrados en la arena (machas, almejas), o movilizándose en la columna de agua (peces) desempeñan sus funciones vitales (alimentación, crecimiento y reproducción) dentro de un rango de temperatura óptimo. Por lo tanto, las anomalías prolongadas de temperatura, como las observadas en los eventos ENOS, pueden generar un escenario térmico desfavorable. En casos extremos esto puede conllevar a la mortalidad y varazón de distintas especies de organismos marinos, lo que puede ser exacerbado si se registra una disminución de la productividad del plancton (alimento). En casos moderados, las temperaturas pueden afectar directamente (vía efectos en su fisiología) o indirectamente (vía efectos en la disponibilidad de alimento) la energía disponible para su apropiada reproducción (generación de larvas)”.

Adicionalmente, el especialista indica que la movilidad de algunas especies (por ej. peces) les permite migrar hacia aguas más frías y nutritivas alejadas de la costa, sin embargo, cuando forman parte de la dieta de aves y mamíferos costeros, su desplazamiento repercute negativamente en la sobrevivencia de dichos depredadores. Estos impactos podrían estar asociados en cierta medida a las mortalidades masivas  de aves marinas observadas recientemente en nuestras costas, así como en el Perú y Ecuador.

Por último, para el caso de organismos bajo cultivo como el Ostión del Norte (Argopecten purpuratus), condiciones cálidas prolongadas representan un escenario favorable para su desarrollo y reproducción. En efecto, Pilar Molina, encargada de vinculación y transferencia de CEAZA, destaca que “se observa un aumento histórico en la producción de la industria ostionera durante condiciones cálidas ENOS, registrándose  una mejor captación de larvas y mayores calibres (número de ejemplares por unidad de peso) de cosecha en relación a lo observado durante periodos fríos de La Niña, lo cual fue documentado en detalle en los últimos boletines CEAZAMAR”. (ver http://www.ceazamar.cl/boletines-ceazamar/)

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